Brown Peoples: Inside the Cave of Quetzalcoatl

(Vea la versión en español a continuación

By Dr. CINTLI

Inside the cave of Quetzalcoatl in the ancient city of Teotihuacan, archeologist Sergio Gomez, points upwards and states: “allí es el eje - el axis mundi del universo” — what the Teotihuacanos considered the center of the universe.

The cave, which lies under the pyramid of Quetzalcoatl, is normally off-limits to visitors, especially during COVID. But last month, after a mesmerizing presentation regarding the cave’s excavation, during the opening of the Aztlanahuac Cultural Embassy in Teotihuacan, Gomez invited several of the attendees into the cave. Those that descended into it speak of being unable to adequately describe that experience, akin to describing the climb up the sacred mountain — Temictecpatl — that towers behind the pyramids.

Prior to having “stumbled” into the cave in 2003, it had been 1,700 years before anyone had been inside of it. There, under Gomez’s direction, more than 130,000 intact offerings were unearthed as part of Proyecto Tlalocan.

During the embassy opening, dozens of scholars, educators, elders, ceremonial leaders, story-tellers and authors — from both Mexico and the United States — gave presentations regarding the importance of Teotihuacan to all peoples of this continent. Its purpose is to encourage all original peoples of the continent to visit here at least once in their lifetime, not as tourists but to learn and exchange knowledge.

One highlight consisted of ceremonial runs/walks, including around the archeological zone, where those that attended received teachings from several area ceremonial leaders. This included the rubber ball game of Ulama, a temazkal, limpias, meals, danza, canto, poetry and luz y sonido (El Quinto Sol).

One session included the teaching of the Nepohualtzintzin - an ancient mathematical system, by Sara Rocio Ruiz Galicia and Carlos Carrillo Suarez at Teotihuacan’s different community centers. Other presentations included representatives from Ce Acatl, an Indigenous publisher, along with Cimarronez, an Indigenous collective that specializes in Indigenous cartography.

The opening coincided with the 52-year anniversary of the National Chicano Moratorium. Presenting were Armando Lawrence of the LA Indigenous Peoples’ Alliance (LAIPA), Lupe Carrasco Cardona, and Juan Manuel Sandoval, a UCLA graduate student at the time who went on to found in 1982, the permanent forum on the study of Chicano and Border Studies in Mexico City.

Other presentations involved the retelling of the historic and contemporary struggles of Brown peoples to be treated as fully human in a land that treats them as “enemy others.” This included migration testimonios from elders, and heroic efforts by young leaders such as Cynthia Diaz, from the Phoenix Puente organization, in her case, successfully bringing back her mom, who literally was kidnapped by the migra some 10 years ago.

Guadalupe Cardona, with a delegation of Liberated Ethnic Studies and California’s Association of Raza Educators, spoke of the two-decade struggle to teach Raza/Indigenous/Ethnic Studies in U.S. schools. This topic actually necessitated three sessions, signaling its national importance.

It may seem incongruous to deal with the realities of the physical and spiritual violence of racial profiling, by all sectors of society, while simultaneously, visiting this ancient site. Being treated as “not belonging,” is perhaps what creates the drive to be centered, especially at a place considered sacred by virtually all the continent’s original peoples. And denying the teaching of Indigenous roots, whether from this continent, or Africa or Asia, etc, is related to the attempts to whitewash history and to forcefully “Americanize” Brown peoples, while continuing the centuries-old project of de-Indigenization and dehumanization.

One can teach peoples their history and roots from books, but to reconnect with something ancient that is a part of them, cannot take place in a classroom. This is true not just for the young, but for anyone that visits Teotihuacan.

Still to be answered is whether Brown peoples in the United States constitute a nation, o tal vez solo un grupo cultural racializado y diferente?

In the 1930s-1940s, pachucos and pachucas in the United States created their own rebel culture because they felt rejected by everyone. Today, a similar dichotomy exists; US culture treats Brown peoples as illegitimate interlopers, as disposables and as political pawns, and yet paradoxically, are also perceived as not Indigenous or not Indigenous enough.

Wanting to be treated as human beings, with full corresponding human rights, has always been the preferred option (even by peoples from Puerto Rico, who are continuously treated as colonial subjects). Though tired of waiting for that moment, the idea of nationhood came to the fore more than 50 years ago (La Raza Unida Party recently held its 50th anniversary reunion); that Brown peoples themselves, not governments, would determine who they are, including whether they constitute a nation or not and whether that’s even a viable option?

Perhaps people have been looking for a legal or de jure answer, when perhaps a borderless Nación Xicana already exists, defacto. Aquí y allá.

Roberto Dr. Cintli Rodriguez is an associate professor emeritus at the University of Arizona Mexican American Studies and is the author of several books, including “Our Sacred Maiz is Our Mother” (2014), “Yolqui: A Warrior Summoned from the Spirit World” (2019) and “Writing 50 years Amongst the Gringos,” published recently by Aztlan Libre Press. Email XColumn@gmail.com.

La Raza: Dentro de la cueva de Quetzalcóatl

Por Dr CINTLI

Dentro de la cueva de Quetzalcóatl en la antigua ciudad de Teotihuacan, el arqueólogo Sergio Gómez señala hacia arriba y dice: “allí es el eje - el axis mundi del universo” - lo que los Teotihuacanos consideraban el centro del universo.

La cueva, que se encuentra debajo de la pirámide de Quetzalcóatl, normalmente está fuera del alcance de los visitantes, especialmente durante el COVID. Pero el mes pasado, después de una fascinante presentación sobre la excavación de la cueva, durante la inauguración de la Embajada Cultural de Aztlanahuac en Teotihuacan, Gómez invitó a varios de los asistentes a la cueva. Aquellos que descendieron a él hablan de no poder describir adecuadamente esa experiencia, similar a describir el ascenso a la montaña sagrada, Temictecpatl (conocido como El Cerro Gordo), que se eleva detrás de las pirámides.

Antes de haber “tropezado” con la cueva en 2003, habían pasado 1,700 años antes de que alguien hubiera estado dentro de ella. Allí, bajo la dirección de Gómez, se desenterraron más de 130,000 ofrendas intactas como parte del Proyecto Tlalocan.

Durante la inauguración de la embajada, decenas de eruditos, educadores, ancianos, líderes ceremoniales, narradores y autores -tanto de México como de Estados Unidos- hicieron presentaciones sobre la importancia de Teotihuacán para todos los pueblos de este continente. Su propósito es incentivar a todos los pueblos originarios del continente a visitarlo al menos una vez en la vida y que vengan no como turistas sino para aprender e intercambiar conocimientos.

Un punto destacado consistió en carreras/caminatas ceremoniales, incluso alrededor de la zona arqueológica, donde los asistentes recibieron enseñanzas de varios líderes ceremoniales del área. Esto incluyó el juego de pelota de goma de Ulama, un temazkal, limpias, comidas, danza, canto, poesía y luz y sonido (La leyenda del Quinto Sol).

Una sesión incluyó la enseñanza del Nepohualtzintzin, un antiguo sistema matemático, a cargo de Sara Rocio Ruiz Galicia y Carlos Carrillo Suarez en diferentes centros comunitarios de Teotihuacan. Otras presentaciones incluyeron representantes de Ce Acatl, una editorial indígena, junto con Cimarronez, un colectivo indígena que se especializa en cartografía indígena.

La inauguración coincidió con el 52 aniversario de la Moratoria Nacional Chicana. Los presentadores fueron Armando Lawrence de la Alianza de Pueblos Indígenas de Los Ángeles (LAIPA), Lupe Carrasco Cardona y Juan Manuel Sandoval, un estudiante graduado de UCLA en ese momento que fundó en 1982, el foro permanente sobre el estudio de Estudios Chicanos y Fronterizos. En la ciudad de México.

Otras presentaciones involucraron el recuento de las luchas históricas y contemporáneas de los pueblos de la Raza para ser tratados como humanos en una tierra que los trata como “otros enemigos”. Esto incluyó testimonios migratorios de ancianos y esfuerzos heroicos de líderes jóvenes como Cynthia Díaz, de la organización Phoenix Puente, en su caso, para traer de regreso a su madre, quien literalmente fue secuestrada por la migra hace unos diez años.

Guadalupe Cardona, con una delegación de Estudios Étnicos Liberados y la Asociación de Educadores Raza de California, habló de la lucha de dos décadas para enseñar Estudios Raza/Indígenas/Étnicos en las escuelas de EE. UU. Este tema en realidad requirió tres sesiones, lo que indica su importancia a nivel nacional.

Puede parecer incongruente tratar con las realidades de la violencia física y espiritual de la discriminación racial, por parte de todos los sectores de la sociedad, mientras se visita simultáneamente este sitio antiguo. Ser tratado como “no perteneciente” es quizás lo que crea el impulso de estar centrado, especialmente en un lugar considerado sagrado por prácticamente todos los pueblos originarios del continente. Y negar la enseñanza de las raíces Indígenas, ya sea de este continente, de África, de Asia, etc., está relacionado con los intentos de blanquear la historia y de “americanizar” a la fuerza a los pueblos de la Raza, mientras se continúa con el proyecto centenario de desindigenización y deshumanización.

Uno puede enseñar a los pueblos su historia y sus raíces a partir de los libros, pero reconectarse con algo antiguo que es parte de ellos, no puede darse en un salón de clases. Esto es cierto no solo para los jóvenes, sino para cualquiera que visite Teotihuacan.

Aún queda por responder si los pueblos de la Raza en los Estados Unidos constituyen una nación.

En las décadas de 1930 y 1940, los pachucos y pachucas en los Estados Unidos crearon su propia cultura rebelde porque se sentían rechazados tanto por las sociedades estadounidenses como Mexicanas. Hoy existe una dicotomía similar; La cultura estadounidense trata a los pueblos de la Raza como intrusos ilegítimos, desechables y peones políticos y, sin embargo, paradójicamente, también son percibidos como no Indígenas o no lo suficientemente Indígenas.

Querer ser tratados como seres humanos, con plenos derechos humanos correspondientes, siempre ha sido la opción preferida (incluso por los pueblos de Puerto Rico, que son tratados continuamente como sujetos coloniales). Aunque cansada de esperar ese momento, la idea de una nación saltó a la palestra hace más de 50 años (el partido La Raza Unida celebró recientemente su reunión del 50 aniversario); que los mismos pueblos de la Raza, no los gobiernos, determinarían quiénes son, incluso si constituyen una nación o no y si esa es una opción viable?

Quizás la gente ha estado buscando una respuesta legal o de jure, cuando quizás ya existe una Nación Xicana sin fronteras, de facto. Aquí y allá.

Roberto Dr. Cintli Rodríguez es profesor asociado emérito en la Universidad de Arizona y es autor de varios libros, incluido “Yolqui: un guerrero convocado desde el mundo espiritual”. También dirige el Raza Killings Database Project: Xcolumn@gmail.com

From The Progressive Populist, October 15, 2022


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